Vivimos en un mundo donde todo parece tener un precio. El tiempo, el esfuerzo, la dedicación, sin embargo, existe un espacio vital en el que el retorno no se mide en cifras, sino en emociones, aprendizajes y crecimiento personal: el voluntariado.
Es un tema del que no se habla mucho y por eso cuesta tanto dar el primer paso. A menudo, la pregunta más común es: ¿por qué invertir tiempo en algo que no nos retribuye económicamente?

1. ¿Qué significa hacer voluntariado?
Hacer voluntariado es mucho más que ayudar. Es comprometerse de forma activa y desinteresada con una causa, una comunidad o una necesidad. Además, hacer voluntariado no significa que tengas que cumplir con requisitos estrictos. De hecho, la mayoría de oportunidades solo requieren dos cosas: buena actitud y responsabilidad. Y, por supuesto, tiempo disponible. Desde los estudiantes hasta personas que trabajan o incluso empleados, todos pueden encontrar un espacio para contribuir. Lo importante es tener ganas. Una cosa interesante es que cuando comienzas a ser voluntario, cuesta dejarlo, te das cuenta de que estás haciendo algo importante, aunque no siempre puedas medirlo en resultados inmediatos.
2. Beneficios personales y profesionales del voluntariado
Hacer voluntariado nos puede permitir desarrollar habilidades como: liderazgo, trabajo en equipo, empatía, comunicación efectiva, resiliencia entre otros. Muchas personas piensan que hacer voluntariado no aporta a la vida de uno mismo, asumiendo que el voluntario solo «aportara» y no recibiera nada a cambio. Sin embargo, esto no es así.
El aspecto emocional es uno muy importante en nuestras vidas, es acá donde el voluntariado cobra valor. La sensación de tener un impacto en la sociedad, aunque sea pequeño, es muy poderosa. Estar en contacto con otras personas con una diversidad de perspectivas, enfrentarte a realidades distintas a lo cotidiano puede ser una experiencia muy enriquecedora
Y desde lo profesional, sí, el voluntariado también puede abrir puertas. Aunque no es su objetivo principal, no son pocas las veces en que un buen desempeño como voluntario es reconocido por líderes o coordinadores de proyectos, quienes luego pueden recomendarte o incluso ofrecer oportunidades de trabajo remunerado. En el fondo, demostrar compromiso, iniciativa y responsabilidad en un espacio no obligatorio dice mucho de ti.
De esta forma, todas las experiencias, los conocimientos, los contactos que reciben aquellos que hacen voluntariado son muy importantes para la formación de uno mismo, tanto en lo personal como en lo profesional.

3. Diversidad de áreas para ser voluntario
Otro beneficio de hacer voluntariado es la diversidad de oportunidades que tiene uno para desenvolverse. Siempre se puede aportar, sin importar el lugar de donde provengas, tu nivel educativo o tu experiencia previa. Habrá un espacio donde puedas aportar y desarrollar tus habilidades.
Un tipo de voluntariado cada vez más común son los albergues de animales, dado que los animales de compañía son en realidad parte de la familia y la sociedad los tiene más en consideración que en años anteriores. Los voluntariados ambientales también están creciendo muchísimo: desde limpiar playas o ríos hasta sembrar árboles y educar sobre reciclaje, entre otros. Porque sabemos que solo tenemos un mundo donde vivir y lo compartimos con el resto de seres vivos, animamos a todos en formar parte de uno de estos tipos de voluntariado.
Así que si alguna vez te preguntaste si vale la pena, la respuesta es un rotundo sí. Si tienes el tiempo y las ganas, prueba. No hay nada que perder y sí muchísimo que ganar. A veces, basta con dar el primer paso para que una pequeña acción cambie por completo tu percepción del mundo y de ti mismo.
4. El impacto transformador del voluntariado
Hacer voluntariado es una experiencia que puede cambiar tu forma de ver y sentir el mundo. Nos motiva a salir de nuestra zona de confort, a entrar en contacto con otras realidades, a valorar lo que tenemos y alegrarnos cuando otras personas por fin tienen eso que tanto les hacía falta.
Así que si alguna vez te preguntaste si vale la pena, la respuesta es un rotundo sí. Si tienes el tiempo y las ganas, prueba. No hay nada que perder y sí muchísimo que ganar. A veces, basta con dar el primer paso para que una pequeña acción cambie por completo tu percepción del mundo… y de ti mismo.
5. ¿Por qué hacer voluntariado en APEP?
En APEP no sólo promovemos la alimentación basada en plantas en las universidades del Perú. También construimos comunidad, espacios seguros para expresarse, proponer ideas y llevarlas a la acción.
Al ser voluntario o voluntaria de APEP, podrás:
✅ Participar en proyectos reales con impacto social y ambiental.
✅ Representar a tu universidad en eventos, ferias y actividades nacionales.
✅ Acceder a capacitaciones, talleres y recursos para tu formación.
✅ Conocer a estudiantes de diferentes carreras, regiones y experiencias.
✅ Mejorar tu perfil personal y profesional con prácticas valiosas.
✅ Contribuir activamente a una causa que genera un cambio positivo en tu entorno.

Aquí no hay jerarquías estrictas ni ideas pequeñas. Valoramos la iniciativa, la creatividad y el compromiso. En APEP, cada voz cuenta y cada acción suma.
¿Te gustaría formar parte de esta comunidad de cambio? Únete a APEP y transforma tu universidad desde lo que comes, compartes y defiendes. 💪🌍